En casi todos los sentidos, incluido el personal, y que únicamente espero pasar durmiendo en cuanto pueda llegar a casa.
martes, 30 de junio de 2020
Ayer cobré por primera vez después del ERTE y me di cuenta del bocado económico que me había dado la pandemia, pero como casi un 30% de mis ingresos. Así que tras pensar un rato y echar alguna cuenta por encima decidí pedir teletrabajar un día a la semana, concretamente el miércoles, para que no pensasen que quería un fin de semana largo y porque al menos me proporciona una pausa en este ciclo extraño de sueño y vigilia.
Pues me han dicho que sí, que a fin de cuentas ya estaba faltando un día a la semana y que si quería alguno más. Pues genial. Si tenía el ánimo tirado ahora mismo está excavando. Dado que para ellos faltar es no venir al trabajo y, por ende, no trabajar, ¿ les da igual que falte un día o dos ? ¿ Eso es en lo que valoran mi trabajo ?
Me ha afectado más de lo que pensaba. Son demasiadas cosas las que tengo que hacer aquí, ahora y durante el resto del año, como para que ni me pregunten acerca de algo de lo que he hecho (ni un mísero comentario, oiga) ni tengan planes. Que todo va fatal, que en noviembre ya veremos si seguimos abiertos (y mientras las ventas subiendo) y que no hay apenas trabajo excepto hoy que casualmente hay más pedidos y se tienen que quedar un rato por la tarde.
Lo mismo es que estoy más delicado de lo que creía pero se me quitan las ganas de todo. Y cuando veo el aspecto personal es casi peor. No sé para qué demonios intento ser cordial con los demás, todo el mundo parece tener su vida ya resuelta y completa. Te hacen el favor de pasar un rato contigo si no molestas mucho y luego como que das calor.
Pues vale.