Y espero que para bien. Ya hay demasiados ejemplos de personas al mando que dejan que todo se pudra para aplicar situaciones de emergencia y justificar así la inacción anterior.
jueves, 10 de septiembre de 2020
Hoy tenía conversación telefónica con el muchacho externo. No ha podido ser. Y no por su parte si no porque le he comentado al director que es mejor que se centre en averigüar si está o no a nuestra disposición.
Esta mañana hemos recibido un correo hablando sobre el formato impreso de la factura y los problemas que le pedimos que resolviera tiempo atrás. Sería normal si no tuviese ya varios comunicados míos y del director que ha obviado sin más. Y encima hablando de nueva tecnología aplicada al despilfarro de papel que llevamos sufriendo desde hace años. Cualquier factura, dado el formato que tiene ahora, emplea como poco tres veces más superficie que antes. Nos ha propuesto un nuevo estilo y, bueno, está bien, pero no puede dar de lado todo lo que hay pendiente.
Conmigo decididamente ya no quiere hablar. Supongo que habrá advertido que ya no tengo mando en plaza y le resulto molesto. Lo que no sabe es que cuanto peor sea la situación más tendrán que acudir a mí y eso le deja fuera. No puedo trabajar con alguien que no me tiene en cuenta.
De pedir presupuestos detallados e informes de trabajo ya ni contamos. Es duro hacerlos, lo sé, pero si no hay todo se reduce a confiar en que lo haga correctamente y no nos time. Él y cualquiera.
El caso es que tras la conversación con el director han llegado a la conclusión de que trabajar bajo un contrato mensual no funciona. Que es mejor hacerlo por proyecto por ver si alguna vez termina algo. Es sorprendente el número de casos abiertos que siguen sin resolverse y de los que ya ni habla.
El ERP en estos momentos está en la siguiente situación:
- No es fiable. Hay información que aparece, desaparece o se transforma sin un patrón que hayamos podido definir. Y son cosas como contenido de facturas, precios o cobros.
- No es útil porque no da información a casi ningún nivel. Los programas suelen terminar -tras muchos minutos de trabajo- cancelándose ellos mismos con errores extraños. Ya nadie pide información y no se puede tomar decisiones con su ayuda.
- Es difícil de usar. Los operadores ya se conocen muchos de estos fallos (como añadir líneas de factura en algún lugar intermedio sin avisar) e intentan rodear el error.
Vamos, que está para cambiarlo sin mirar atrás. Ha sido mucho dinero (calculo que cerca de 40.000€ estos años) y no parece haber esperanza de arreglo. El muchacho externo, lógicamente, trabaja mejor con proyectos nuevos como el que ha aparecido esta mañana y del que hablaré ahora. Y le entiendo. Pero es como poner un apaño brillante y pulido en una máquina vieja y oxidada.
El nuevo proyecto surge de la necesidad de que nuestros clientes puedan consultar precios en la página web. Para ello sería necesario establecer un puente de datos desde odoo a prestahosp. Al comienzo en una dirección y con un ámbito concreto pero sería la base para terminar vendiendo a través de la web. Algo que nuestra competencia ya hace en su mayoría y nosotros no. Ha despertado cierta ilusión en mí por dos razones: trabajaríamos con el otro muchacho externo, el que lleva Prestashop en nuestro servidor y que funciona bien, y porque yo podría participar de algún modo.
Bien, en realidad participaría mucho y eso es lo que me gusta. Poder volver a sentirme útil con esas pequeñeces que hacen que los demás crean que eres útil. Mantener los sistemas no tiene glamour.
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