Enviar dinero mediante Paypal

Hace un par de años, 511 días exactamente, efectuamos un pago a la empresa Bytemark mediante transferencia bancaria por el servicio de alquiler de nuestra máquina virtual en su red. Cuando nuestro contable me pasó el justificante impreso me percaté de que extrañamente faltaban 8 libras por pagar. ¿ Un error suyo ? ¿ Del banco ? Ni idea. No le di importancia alguna (sólo eran ocho libras de un pago de más de quinientas) y el siguiente año el pago fue completo y sin ninguna incidencia.

La semana pasada me llegó el aviso de impago («overdue» lo llaman) de aquella factura por importe de ocho libras porque, claro está, no se les había olvidado. Pensé en comentárselo al contable, echándome un poco a temblar por si le provocaba algún tipo de daño cerebral al forzarle a retroceder tanto tiempo en sus registros, pero antes de que me armase de valor y me organizase me llegó un segundo aviso del proveedor. Y ya no he querido esperar más.

Les he preguntado por los datos de pago de paypal puesto que lo mencionaban en su mensaje, me han dado una dirección de correo y la he empleado para enviarles las ocho libras de mi bolsillo (ya veré cómo me las cobro). Me he dado cuenta de lo cómodo que es usar paypal para efectuar ese tipo de transacciones, lo tienen tan bien pensado que no me extraña que sean un monopolio fáctico. Una lástima.

No había empleado nunca paypal para nada más que para mis pagos en ebay y en otras tiendas que empiezan a aceptarlo. Supongo que a todos les darán una buena mordida en sus beneficios, sobre todo sabiendo que media una tarjeta de crédito que también se llevará su ración, pero es que para el que paga son muchas las ventajas, comenzando porque no tienes por qué dar a nadie más tu número de tarjeta ó tu cuenta bancaria. Tan eficiente, tan tentador, tan «lado oscuro» que asusta.