¿ Quién dijo que era fácil ?.
El camino al infierno no sé con qué está empedrado, el de la ofimática me hago una idea, no me expliquen más por favor.
Tuve que repetir el listado de ayer porque oh, sorpresa, la marca de agua que graba el programa de Hacienda en cada hoja aparecía en plan bestial, y no se leía nada de lo que pillaba debajo. Indicar al impresor que convierta el documento a imagen soluciona el problema, pero es un buen puñado de hojas tirado al contenedor.
Después me encuentro que debo utilizar la oficina virtual de la AEAT y que tiene un certificado digital nuevo bajo el dominio «www.agenciatributaria.gob.es», firmado como es normal por la FNMT pero que oh, sorpresa, ha empleado un nuevo certificado raíz que hay que instalar en el navegador. No sería un problema si lo encontrase; he tenido que recurrir a un buscador externo para que me diese un enlace a la página más probable donde resumir todos los requisitos.
Y, una vez que accedo a la susodicha oficina virtual y selecciono el modelo adecuado y la opción de presentación correspondiente me encuentro con que oh, sorpresa, aparecen varios errores en la declaración que aún humeaba de la verificación realizada por el programa
Informativas
completamente actualizado. ¿ Y los errores son de caracteres incorrectos ? ¿ Todavía ? Pues sí, quedaban unos cuantos registros que el programa de este lado considera válidos y que el programa del otro considera inválidos. No pasa nada, el operador de guardia se encarga de meter todos los datos que le pidan otra vez, que para eso tiene el título de mecanógrafo.
Y sí, ahora ya la he enviado y me han mostrado una página llenita de sellos de tiempo y códigos de verificación que he impreso y entregado al contable.
Por fin …