La empresa donde trabajo tiene tres dominios de Internet con el nombre de la misma pero bajo diferentes sufijos de primer nivel. Tenemos el .com y el .net en un registrador francés llamado Gandi y el .es en una empresa española llamada Acens.
Aunque con éste último no tenemos queja alguna más allá de sus precios y tampoco son imposibles, yo prefería desde un principio tener los tres bajo el mismo panel de control; al saber que vencía el registro del .es a finales de éste mes me decidí a hacer el cambio a Gandi. Y reconozco que todo ha sido de lo más sencillo. Yo me esperaba un infierno burocrático repleto de juramentos sagrados y firmas con sangre, y nada de eso. Todo el proceso ha consistido en un intercambio de correos electrónicos seguido por pequeñas acciones en los respectivos paneles de control que no ha durado ni siquiera un día. Creo que en realidad han sido cuatro horas como mucho, y eso contando con que me fui a comer y luego tuve que resolver otras pequeñas cuestiones.
Todo muy bien hasta ahora; sólo espero que el departamento contable de la empresa española tenga a bien no seguir enviando cargos los siguientes meses por servicios que he dado de baja.