… quizás ? ¿ Tendría que haber sufrido más ? Afortunadamente no.
Y es que ayer mismo terminó por morirse el ordenador del contable, un estupendo Pentium 4 a 3.20GHz, que debía de tener algún fallo en los módulos de memoria o en los chipsets. Ni tengo idea exacta ni quiero tenerla, pero empezaba a congelarse regularmente y no hay (casi) nada más pesado que un contable narrándote sus desventuras con una herramienta informática.
Así que decidí que era un buen momento para darle el cambiazo e instalarle un cliente ligero, un modelo Epatec U700 , y que abriese una sesión X11 remota con el servidor principal como el resto.
El caso es que el buen señor empleaba una distribución Debian -rama estable- con un escritorio KDE y alguna excentricidad que otra en forma de pequeño programa Windows con wine; el servidor de aplicaciones de la empresa usa la misma distribución e instalarle wine y el ejecutor java no ha supuesto problema alguno.
Dado que la autentificación de usuarios es global en la red ha bastado con sincronizar su directorio personal en el servidor, encender su máquina y conectar con él. No ha apreciado ninguna diferencia, e incluso debe de haber mejorado porque hasta el momento no se ha quejado, y eso es algo sorprendente.