… y que cuando cierres no te recuerde ni el tato es de lo más triste, ¿ no ?
Y eso es lo que parece que ha ocurrido con TransTools, una empresa española que distribuye un entorno de desarrollo 4G -muy parecido al de Informix, por cierto- llamado Multibase y otro llamado Cosmos para entornos Windows.
En mi trabajo hacía ya algunos años que no teníamos relación con ellos por el abandono que habían hecho de su producto. Y sus páginas las visité en un par de ocasiones no hace demasiado para descargar algunos documentos técnicos en formato PDF. Pero tenía entendido que tenían clientes en España con cierta actividad aún y que mal que bien su mercado cautivo seguía vivo … pues al parecer no han resistido.
Su página web http://www.transtools.com ya no carga, una búsqueda simple en Google me dice que aparecen en un par de sitios como en liquidación y otra búsqueda un poco más compleja me descubre que nadie, pero nadie, nadie, tiene enlaces hacia ellos.
Y a eso me refería. Que me espero que la empresa cárnicas peláez -que nunca ha tenido relación alguna con Internet- no deje rastro en ella, pero una empresa que sólo se dedica a la informática desde el siglo pasado tampoco lo haga … Jo.
Esto me recuerda …
…, no sin cierta rabia, que uno de los argumentos comerciales que empleaban estas empresas de software privativo para venderte algo en su momento era que, en el improbable caso de que cerrasen, tú nunca te quedarías desamparado. Leyes humanas había que te aseguraban que la empresa, ante su estertor, te proporcionaba los fuentes de esos productos que tú habías pagado religiosamente.
El nuestro costó un millón de pesetas en el 94, más un curso, más el mantenimiento anual (ya abandonado, eso sí, por no sacar una maldita versión de mejora en el último lustro) más la inversión en equipos de protección hardware (protección para ellos), más …
Y nada, la avaricia de siempre que les ciega. ¿ No había nadie en esa empresa que tuviese el detalle de proporcionar un aviso a los clientes ? Porque spam suyo sí que me llegaba con cierta frecuencia. ¿ Y tampoco el fino detalle de dejarnos los fuentes de ese producto que compramos y que se ha perdido para siempre jamás, y que encima a ellos no va a servirles de nada ? Qué poca elegancia la suya. No está mal recordarlo por si en el futuro te encuentras con alguno de ellos profesionalmente.
Luego dicen que si el software privativo es de mejor calidad, más seguro, más fiable, más de todo … sí, hasta que te dejan en bragas como es el caso. Por lo menos el software libre no te engaña en sus premisas: estas fuentes es lo que hay y funciona así. Y lo mantengamos o no en el futuro seguirá estando ahí, a tu disposición, para que no se te quede cara de tonto si nos da por el suicidio colectivo o alguna genialidad semejante.
Así que al final cascaron. Pues qué putada. Y no hubiera estado mal que dejaran el código fuente por algún lado, pero esperarlo era un poco ingenuo.
Sí que es lamentable desaparecer sin dejar rastro.
@Ángel Ortega : Pues he estado pensando en ello y creo que lo mismo resulta que el que apagó la luz y echó el cierre cree que ese software tiene el mismo valor que las mesas y las sillas (que bien podrían ser alquiladas por otra parte).
En fin … que otro más.
Imagino que es parco consuelo, pero para mí que los fuentes tampoco os iban a servir de mucho. Nosotros los pedimos para cierto proyecto maldito del que ya te he hablado, incluso nos dieron «formación», supuestamente para poder mantener el código nosotros mismos, pero a la hora de la verdad hemos sudado sangre para intentar meterle mano.
Para empezar, parte del sistema se lo encargaron a no sé qué equipo en India que no se ha molestado en incluir comentarios ni siquiera en inglés. Luego está lo que tocó el equipo de aquí, que tiene comentarios crípticos que, atención, no tienen relación con el trozo de código en el que aparecen. Y luego están los paquetes SQL, que son una jungla, con SELECTs complejísimas que parecen hechas a mala leche. Aquí los comentarios son del tipo «SELECT para el informe X» en la función «GetInformeX». Clarísimo, como ves.
Así que mira, si no puedes verle las tripas al sistema… casi que mejor. Al menos no tendrás pesadillas :P
@Anghara : Pues en condiciones «normales» te daría toda la razón, pero es que el producto que les compramos lleva una protección software incorporada gracias a la cual tuvimos que copiar el disco byte a byte cuando la máquina física en la que estaba cascó.
Menos mal que Linux es flexible y nos permitió fácilmente presentar un archivo con el contenido del disco como un dispositivo de bloques porque si no hubiésemos tenido todo un problema con ello cuando decidimos convertirla en una máquina virtual.
Bueno, y seguimos teniendo un problema latente porque el disco se va llenando poco a poco y no creo que sea factible expandirlo; como no sé cómo funciona la protección, y toda la empresa depende de que el programa siga en marcha, no me atrevo a hacer experimentos ni tengo tiempo para ello.
Sí, me hubiese venido de perlas que «liberasen» a sus antiguos clientes del citado mecanismo. ¿ Qué más les da si han cerrado y ya no pueden sacarle partido ? Además, si el cómo me da lo mismo. No voy a perder un minuto en portar sus formatos de datos (sospecho que calcados de Informix C-ISAM) porque lo quiero es abandonarlo por completo.
@Victor Moral : No, si estoy de acuerdo en que en estos casos deberían liberar el código. Sobre todo porque es cierto que te vendían la moto de que podías quedarte tranquilo con eso, de hecho lo he vuelto a escuchar hace muy poco. Je, como para creérselo… :P
@Anghara : Pues por lo visto más que una desaparición al final ha sido una «transfiguración». Han cambiado de nombre -ahora se llaman Base100 (http://www.base100.com)- y han mantenido todos y cada uno de los productos. De la anterior marca, eso sí, ni rastro.
La página en la que hablan de su visión de empresa parece haber sido hecha con un generador de discursos, hueca y vacía, y al no mencionar de dónde vienen ni por qué han cambiado de nombre me dejan con la sospecha de que existió algún tipo de tragedia en las alturas y de «si te he visto no me acuerdo» y «nunca más en la vida» que no me auguran nada bueno.
Afortunadamente no tendré que verlos más.