… y mucho sentido del humor.
Este sábado la charla estuvo a cargo de Ramón Nogueras, licenciado en Psicología, que podría fundar su propia secta si así lo quisiese. Tal es la labia y el desparpajo que tiene este buen hombre.
El título de la charla era Cuando falla la profecía: por qué demostrar que algo no es real no sirve de nada. Muy bien expuesta, muy graciosa y amena, y sólo un poco pesada en el turno de preguntas. Éstas fueron en su mayoría realizadas por gente del gremio de la psicología -a tenor del número de referencias que citaban en ellas- y el resto de los asistentes presenciamos un pequeño intercambio de disparos que se saldó sin bajas por ninguna parte.
Habló mucho de la disonancia cognitiva como explicación de por qué se sostienen determinados credos tras recibir un buen número de evidencias de su falsedad. Interesante especialmente el caso de Marian Keech y su pequeña secta apocalíptica que fue estudiada por Festinger -y sus becarios- en los años 50.
Qué interesante, Víctor, muchas gracias. Me he quedado de piedra al leer el experimiento de Gazzaniga, aunque bien pensado tampoco debería extrañarme tanto. Lo de buscar explicaciones antes que reconocer que no se sabe por qué se ha hecho algo es bastante común. Lo he visto en mi madre docenas de veces. De hecho también lo he visto en mí misma, aunque sólo me di cuenta de ello tras interiorizar el hecho de que como persona soy bastante incoherente (and proud of it, lol). Mein Mann tuvo mucha culpa de ello, dicho sea de paso… :)
Entiendo. Yo suelo optar por lo contrario: busco el por qué he hecho algo. Y lamentablemente lo encuentro. :-)