… y no ha quedado nada mal.
El lugar es la casa de mis primos Sergio y Ana en un pueblo de la sierra de Madrid. Ana tenía una lámpara usada, recuperada de un contenedor si no recuerdo mal, de la que sólo he podido aprovechar la pantalla..
Canibalizando otras lámparas y restos varios he conseguido montar el casquillo y el cable, y le añadí un interruptor que me consiguió Sergio (nota mental: acompañar a mi primo a comprar a la ferretería).
Después de colocar una escarpia redonda y abierta en el techo colgué la lámpara con una vuelta simple al cable (útil porque permite ajustar la altura con facilidad) y lo pegué a la pared con otra escarpia más pequeña muy cerca de la pared. El cable es quizás demasiado rígido y no tiene la caída que me hubiese gustado pero se trabaja con lo que se tiene.
El sillón lo monté con ayuda de mi sobrino Telmo y la foto la tomó Ana con su tableta. :-)
Ah, se me olvidaba añadir una vista más amplia.