Son muy pocas las novelas que compro en papel y de ellas no todas merecerían estar en ese formato que consume un precioso espacio de la vivienda y añaden tareas de limpieza a las ya existentes y tantas veces pospuestas. ¿Y ésta? Bueno, para responder a eso tendrá que esperar a una segunda relectura.
El autor, Eduardo Casas Herrer, presentó en la novela «Madrid 2030» una España que había sobrevivido a un brote zombi en el 2010 y que ahora comenzaba una democracia tras varios años de dictadura militar impuesta durante el brote. Al ser el autor policía centró la narrativa en una investigación de crímenes y un presunto complot de los de siempre. El Madrid que pinta en esa novela me gustó mucho y esperé con paciencia a que siguiese con ese mundo tan extraño y tan próximo al mismo tiempo. Escribió un cuento corto también pero es de los que te terminas en un ratito y me supo a poco.
Por eso compré esta novela sin haberla leído por otros cauces siquiera. Y debo reconocer que me ha gustado mucho. Son como quinientas páginas que no se hacen nada pesadas porque siempre quieres más y donde terminas encontrando personajes que molan un montón y de los que te da pena despedirte. Ojalá más.
Ah, y sale un perrito.