Pues sí, hoy tocaba. Aprovechando que la directiva está en una feria sectorial me he pasado el día entero organizando los cables y los conmutadores de la red.

He descubierto muchas cosas: que no tengo ni un sólo conector de pared libre, que dos de los cables se pierden entre las paredes sin estar conectados a nada, que la empresa que montó la red entre las dos plantas -hace más de una década- no escatimó en cable ni en bridas de plástico para mantener en rollos todo el sobrante, que hay un agujero en el falso techo de una de las oficinas tapado por unos archivadores de facturas y que en él cabe una cabeza humana sobradamente.

He aprendido también que muchas veces no es necesario tender un cable nuevo porque los de categoría 5 de hace una década aún sirven si los hilos se conectan adecuadamente, y que muchos de los equipos que uno creía apagados no lo están, y que tenemos un número de impresoras desproporcionado en relación a los puestos operativos.

Pero en fin, el caso es que tengo la red casi controlada. Me queda por sustituir un conmutador 10/100 -un modelo Ovislink- por uno 10/100/1000 -modelo D-Link-. Ya hablé de ellos en una entrada anterior.