… mientras la pelota en forma de cabeza va de un campo a otro.
Nada más emocionante que verte involucrado en la típica trampa de consultor en un juego cuya principal regla, y posiblemente único objetivo, es que la pelota permanezca siempre en el campo contrario. De esa forma no hay manera de que te achaquen nada a ti, nada es tu culpa, ninguno tu pecado. Porque ahora les toca a ellos, a los otros, mover ficha. Tú estás esperando tranquilo a que acaben su tarea, jugueteando con la idea de hacer cosas interesantes de verdad, no importa si útiles, mientras ellos, los que no son de tu bando, acaban su parte, desbloquean el flujo de trabajo, y te devuelven la bola con la misma expresión que usaste tú al lanzársela. Mejor tú que yo, no es nada personal, sólo queremos sobrevivir.
Y así llevo estos días. Esperando otros mejores.