… tendremos que conformarnos con poder leerlos en una pantalla.
Cuando Tim O’Reilly lanzó en el 2001 el servicio de lectura en línea de sus libros Safari Books Online fui raudo a apuntarme porque aquello me parecía fantástico.
No sólo tenía acceso a todos los libros que por aquél entonces estaba comprando por sacos sino que también disponía de herramientas para búsquedas en toda la librería, anotaciones en los libros y marcadores. Era estupendo pero terminé por dejarlo tras una temporada en la que el coste superaba los beneficios. No recuerdo bien cómo ni qué estaba sucediendo en mi vida en aquél entonces así que tampoco puedo contar más. Un día dije que no lo usaba y se acabó. Y O’Reilly en ese caso se portó de maravilla. No puso ni una pega e incluso me dejó en excedencia por si quería volver más adelante. Esa empresa sabe lo que es tratar bien a los clientes.
Desde hace unos meses estoy comprando libros técnicos en PDF en lugar de en papel debido sobre todo al precio y a la temporalidad de los temas que tratan. Y tampoco está funcionando porque la mayor parte de ellos son para consultas muy concretas y durante temporadas cortas, esto es, mientras tenga un problema que resolver y precise documentación y ejemplos adicionales.
Esta semana he vuelto a apuntarme al servicio porque son demasiados los temas que estoy tocando ahora mismo y ya no tengo tanto dinero como antes … y en realidad porque son pocos los libros que quiero conservar durante mucho tiempo. Demasiados terminan anclados a una versión en un entorno y bajo unas características muy concretas como para que merezcan un lugar en uno de mis estantes.
Y ahora que he vuelto, y aunque tengo que probarlo aún con la versión móvil, puedo decir que no han hecho más que mejorar en el servicio; da gusto saber que tienes tus lecturas ahí siempre que quieras (y te mantengas al día en los pagos obviamente) y desde donde quieras.