El pasado abril asistí a la representación invitado por mi profesora de teatro, Ángela Ruiz, que antes, en una clase, nos explicó qué fue Casa de muñecas para el teatro en su momento y el por qué de esta segunda parte.
Narra la historia de Nora, volviendo a la casa que abandonó quince años antes, para un asunto muy concreto que permite crear una historia propia y no una mera continuación.
Me gustó mucho la puesta en escena, la profundidad de la habitación y su relación con los elementos externos, y la entrada y salida de personajes.
El sonido, en algunos momentos intensos se percibía regular, pero no hay frases clave que puedas perderte. El final, cómo no, muy adecuado.