En el principio todo era caos (o eso dicen) …

Después apareció el Universo, ocurrieron un montón de cosas y, ya en el año 1969, en la Tierra, aparecí yo.

Y aquí estoy, muchos años después, trabajando como informático en una pequeña empresa. Me ocupo de todo; el análisis de problemas, la escritura y testeo de programas, la instalación de sistemas y su mantenimiento, … hasta incluso puedo escuchar a los usuarios y atender sus peticiones.

Respecto a mi formación soy básicamente autodidacta aunque no por vocación; un cúmulo de malas decisiones, mucha curiosidad por todo y cierto trastorno de déficit de atención (no probado médicamente, oiga) me han llevado a ello.

Me encanta la ciencia como observador. Supongo que se debe a mi falta de formación reglada en ella y que descubrí hace tiempo que buscar respuestas que te lleven a otras preguntas es muy divertido.

Por todo ello los libros son muy importantes para mi. Leo mucho, tanto para maravillarme como para entretenerme, y los últimos años estoy desarrollando un gusto quizás un tanto excesivo por los temas de zombies. Qué le voy a hacer, será la edad.

Como programador intento trabajar sobre todo con software libre. No uso Windows ni sistemas Apple, ni en el trabajo ni en casa; prefiero Linux y reutilizar todo lo posible hardware antiguo. No le hago ascos al nuevo pero dar vida a algo que dicen que está obsoleto me produce mucha satisfacción.

Mi lenguaje de programación favorito es Perl. Llevo con él casi desde su creación (un pelín más tarde, siendo sincero) pero es en éstos últimos años cuando estoy creando más aplicaciones que nunca.

Y en el año 2014, un poco después de mi divorcio, adopté a una perra. Cuatro años tenía, y una raza indefinida. La llamamos Kayra en recuerdo de otra que tenía una amiga, y hasta ahora estamos juntos.

Kayra, poniendo caras que aún no he conseguido descifrar pero que me tienen loco.

Más tarde, en 2018, adopté un cachorro de mastín (un mil leches en realidad con trazas de) que ha crecido más de lo que me esperaba y a la que Kayra crió.

Lup poniendo cara de «qué leches quiere ahora el mono calvo».

Tuve que elegir su nombre en unos diez minutos y me decanté por Lup. En mi cabeza se mezclaron los sonidos de lobo en francés (loup) y bucle en inglés (loop). Y hasta ahora también.