de subscripciones a foros y listas de correo.
En unas he empleado el URL que se proporciona en el pie de cada mensaje; repetitivo pero creo que necesario por si el mensaje aparece suelto en alguna parte. Para otras he usado la dirección de correo correspondiente que se suele incluir en las cabeceras del mensaje.
En cualquier caso calculo que me habré librado de más de cuatro centenares de mensajes al día -tirando por lo bajo- y que empezaban a sepultarme con su sobrecarga. Aunque lo principal es que necesito que mi servidor alquilado, donde tengo todo este software funcionando, se aligere lo más posible para dar cabida sin más gasto a otros proyectos que tengo en mente.
Además, y no quiero engañarme, es absurdo y contraproducente que me empeñe en seguir listas de software que no atañen a las versiones que yo uso, que suelen ser las que se incluyen en la rama estable de Debian. Incluso así, la mayor parte de las listas de las que me he dado de baja son precisamente de esta distribución, pero es que ni aunque tengan relación tangencial con mi trabajo tengo tiempo para dedicarles.
Luego está la otra cosa. Esa que implica que no sólo haces un programa estando sólo, también tienes que ponerlo en explotación, atender los errores, integrarlo en el sistema y asegurarte de que no es esfuerzo baldío e incorporarlo en ese presunto plan de contingencia que debe existir.
Vamos, que prefiero con mucho rodear una carencia en el software que arriesgarme con versiones más completas.
Bueno, pues he conseguido bastante espacio libre en el disco. No es que fuese desproporcionado pero ha estado muy bien. Ahora sólo tengo que acordarme de poner en marcha un mecanismo de limpieza de papeleras en los otros buzones.