… mis favoritas son dos:
- Necesito estar bien para hacer algo
- Así funciona pero podría estar mejor
Necesito estar bien para hacer cosas
En lugar de lo contrario: necesito hacer cosas para estar bien. Y es que como excusa me funciona de maravilla. Sí, puedo hacerlo. Claro, es sencillo. Lástima que esté tan poco animado. Y así puedo enredarme una y otra vez hasta que me rompo por algún lado.
Las formas de escapar son:
- Detallar las cosas que puedo hacer de verdad
- Comenzar haciendo las más pequeñas y que tengan resultados visibles.
- Tachar de la lista de cosas
- Apuntar en algún lado cómo podría mejorar
- Reflexionar y volver al paso 1
Así funciona pero podría estar mejor
O dicho de otro modo: no voy a hacer nada hasta que no lo haga de forma óptima, perfecta y duradera. Esto último es casi patológico en mi; supongo que debido a la volatilidad del trabajo de un informático.
Obviamente no empiezo nunca porque cada vez que lo intento me doy cuenta de que como no es lo mejor y lo más, es preferible no malgastar el tiempo y darle otra vueltecita al diseño o al propósito que seguro que lo consigo. Pero ¡ qué coño !, si en lugar de hacer una cosa puede hacer varias, ¿ por qué limitarnos ? ¿ Eh ?
Las formas de escapar son:
- Recordar las siguientes dos máximas:
- En ocasiones lo mejor es enemigo de lo posible.
- La optimización prematura es la raíz de todos los males.
- Preguntarme lo siguiente una y otra vez hasta que consiga una respuesta sin trampas:
- ¿ Lo hecho hasta el momento cumple al menos su propósito inicial ?
- ¿ Tengo recursos para mejorarlo justamente ahora ?
- Apuntar en alguna parte en qué podría mejorarlo.
- Ponerme a ello (que ya está bien).