Debería decir algo ingenioso sobre virtualización …

virtual_machine_host.png… pero se me quitan las ganas cuando pienso en que estaré manteniendo con vida a la bestia.

Posiblemente otros estén empleando la capacidad de virtualizar hardware en proyectos interesantes, útiles o sabrosos. Yo me quejo de que tengo que emplearla para mantener viva una máquina muy, muy antigua de la que deseo librarme con todo mi corazón para poder avanzar algo en el desarrollo de aplicaciones.

En el desarrollo de aplicaciones, en la paz mundial o en cualquier otra cosa que no sea trabajar en un lenguaje como CTL y su entorno Multibase. Una especie de agujero lógico en el que estoy metido desde el año 1994. Qué hastío. Sí, vale, los primeros años estaba muy bien y fue divertido. Ahora es un lastre.

Actualmente tengo potencia de sobra en los dos servidores de la empresa. Sólo necesito que la virtualización sea lo bastante buena como para no tener que hacer filigranas con la configuración. Y es que la maldita bestia de la que hablo es una distribución Suse Linux 7.2 (o algo del estilo) y que, aunque cosas mucho más pesadas que ella abran sin problemas con KVM, la jodía se niega a funcionar o lo hace a trompicones si se cambia algún parámetro de la llamada a QEMU.

Encima el disco virtual no puede ampliarse de tamaño (o yo al menos no me atrevo a hacerlo) debido a una fantástica protección del entorno de ejecución de Multibase que fija un par de ejecutables en el disco. Lo único que pudimos hacer Angel (mi antiguo compañero) y yo en el pasado, cuando quisimos quitarnos de encima un hardware que ya empezaba a renquear, fue copiarlo literalmente a un archivo y acceder a él empleando el mecanismo de montaje en bucle de Linux. Luego probamos en plan mono desesperado varias combinaciones de parámetros en el ejecutor de la máquina virtual hasta que dimos con la que menos problemas daba. Y así desde entonces.

Veo que ahora en Debian el mecanismo de virtualización está bastante organizado y eso me da esperanzas de poder gestionar dicha máquina desde una consola, con modernidad y todo eso.

Por ello la máquina anfitrión debe ser flexible, y si empezamos con tontadas y detallitos terminaré escribendo programas lanzadores a mano, como antes, y al final no me atreveré tampoco a mantenerla actualizada …