Comienza por «Calibre no detecta mi kindle» …

printer-out-of-order-01… y sigue con «Puedo abrir el kindle pero no puedo escribir sobre él». Jo.

No sufras, pequeño ser escamoso, que tiene arreglo. Eso me dije mientras comprobaba con asombro cómo sucedía que al montar una unidad de almacenamiento vía USB éste siempre se realizase con permisos únicos para el administrador.

Pero, ojo, sólo con la primera. Si añadía otra, una tarjeta, un disco u otro dispositivo de memoria, a esa sí que podía acceder normalmente. Pasmado estaba.

Y un poco desolado también. Y es que empezar a buscar el origen del problema en un sistema tan verde (para mí) como es systemd me daba una pereza que me moría.

Pues nada, me puse a buscar en la red y encontré un hilo curioso en los foros de Debian que mencionaba el archivo de definiciones de montaje de dispositivos en el sistema. Y sí, allí lo encontré. Por alguna razón que desconocía estaba más o menos así:


# /etc/fstab: static file system information.
(.... regular file system info ....)
/dev/sr0        /media/cdrom0   udf,iso9660 user,noauto     0       0
/dev/sdb1       /media/usb0     auto    rw,user,noauto  0       0

Es decir, el dispositivo sdb1 corresponde a la primera partición del segundo disco y tenía definido un modo concreto de montaje dentro del sistema. Como en mi portátil no tengo más que un disco (sda) la unidad sdb corresponde al siguiente dispositivo al que acceda el sistema. El tercero, mira por dónde, ya no tiene definición en este archivo, y es cuando puedo tener acceso como usuario pelado.

Ha sido eliminar la línea y todo funcionar con normalidad; tampoco estoy muy seguro de por qué estaba allí, pero me suena a que quise hacer un experimento en algún momento de mi pasado reciente y olvidé anotarlo.

Reflexión

Linux desciende de UNIX, un sistema con más años que la Tana, y para el que no se contempló la posibilidad de añadir dispositivos al vuelo. Esto ha hecho que durante muchos años hayamos podido disfrutar de varios mecanismos intentando resolver el problema de los dispositivos que aparecen y desaparecen sin previo aviso. Lo cierto es que si es un sistema de escritorio es mucho mejor dejar los valores predeterminados y emplear los útiles del escritorio para gestionar estas circunstancias.