… no todo es sencillo y he tenido que renunciar a cosas que antes daba por hechas.
Quizás tendría que explicar antes por qué se me ocurre realizar el cambio ya, sin esperar a más pruebas: pues porque mi usuario principal, el muchacho que lo hace todo en la empresa, se ha visto obligado a aceptar terminar la introducción de datos en la web desde su casa. Le van pagar y espero que lo hagan bien, pero me ha comentado que sería muy útil tener sus archivos locales accesibles desde fuera. Me he puesto manos a la obra, claro está, y por el camino he descubierto algunas cosas.
Lo primero que me encuentro es que tenemos una instalación de owncloud en marcha pero sin uso desde hace bastante tiempo debido a que mis homínidos emplean Google Drive en casos puntuales, como compartir con el exterior, y no parece que les haga falta más.
Por mi parte me niego a fomentar el empleo de Google hasta que no tenga un cliente Linux que funcione de verdad de la buena, y garantías de que no tendremos problemas con la Agencia de Protección de Datos. Esto último no va a ser sencillo pero es un puente que cruzaré en su momento.
Dado que nuestra instalación de ownCloud está disponible intento efectuar una primera sincronización de su directorio de archivos con ella y … no puede ser porque cometí el error, cuando escribí los programas que controlan el escritorio corporativo, de situar dentro de ese directorio un enlace a los documentos compartidos por toda la empresa. Esto es, en su carpeta ~/Archivos/ existe un enlace llamado Compartidos a todo el disco NFS de la empresa. Dado que no he visto forma de excluir una carpeta en la sincronización (archivos por nombre y extensión sí) empiezo a pensar que no es la mejor solución. Especialmente cuando ownCloud tiene un montón más de aplicaciones que no estamos usando.
Entonces es cuando caigo en la cuenta de que seafile es justamente lo que necesito: únicamente sincroniza archivos y tiene un interfaz web, así como clientes móviles, con los que mantener el acceso en los dos sentidos. Y nada, ahí me lanzo a instalarlo sin preocuparme de averiguar si también es capaz de excluir carpetas en la sincronización.
Y no, no lo es, pero para ese momento ya había desinstalado ownCloud, instalado y configurado seafile y puesto en marcha todo el invento.
Jo, vaya chasco. En fin, como soy el creador del paquete que configura el escritorio he creado un nueva versión, la 0.20 ya, donde retoco el menú y las diferentes rutas para mover los archivos compartidos al directorio raíz. También cambio el script que prepara el entorno para el gestor de ventanas y muevo físicamente el enlace simbólico si lo encuentra mal situado en el arranque de la sesión. Subida del paquete al repositorio Debian, actualización de las máquinas y reinicio de sesión: sin problemas. :-)
Ahora ya sí que puedo probar un despliegue limitado de seafile. Resulta que mi usuario tiene 27 gigas en su directorio personal y yo, que soy el administrador, alcanzo las 23. Bueno, en mi caso resulta que tenía almacenadas películas y series de las que iba transportando a casa en memorias USB desde el año 2010 y que nunca había borrado. Bien, lo he tenido fácil para probar el mecanismo con muchos archivos y de variados tamaños.
seafile se ha portado con nota en ambos casos …