Debería serlo, en serio. No tengo nada grave de verdad de lo que preocuparme, ninguna limitación seria y de salud mucho mejor de lo que debiera dados mis antecedentes.
Y aún así tengo un día extraño. A comenzado con un corte de luz en el trabajo, esta noche, y la puesta en marcha manual de los servidores vía telefónica. Podía haber sido mucho peor.
Hoy voy a comer con mi hija, aún no sé cómo ni dónde, luego la llevaré al dentista y más tarde a teatro. Entonces, tal vez, pueda reflexionar un poco sobre lo que estoy haciendo. Ha llegado el día, ¿ no ? ¿ Y ahora qué ?
Y esa es la sensación que me está definiendo últimamente. Espero que llegue determinada fecha y el cambio que trae consigo, y dejo cosas sin hacer esperando que esa llegada resuelva algo. Y no, no resuelve una leche. Y no quiero ser consciente de ello.
Y ya, que voy a peor.
Feliz cumpleaños. No debe ser tarde aún para vivir, ¿ verdad ?