El sábado 30 de julio me di el gusto de asistir al teatro en Madrid, a ver esta obra en la que está el que puedo considerar mi actor favorito: Miguel Ángel Solá.
¿ De qué va la obra ? ¿ Qué tal está ? ¿ Merece la pena ir ? Lo más que quiero decir es que es de las que mejor recuerdo tendré en mi vida. Al menos hasta ahora. Es genial. Teatro puro que dura, ¿ qué se yo ?, pero no te remueves en el asiento y sólo al final, muy muy al final, adivinas qué es lo que pasa cuando ya está pasando. Y sí, todo tiene más sentido de esa manera pero te da igual porque has visto algo que fluye delante de ti y que te encanta.
Hay que ir. Y ya. Además en el teatro Luchana, en esa sala, no hay separación de altura entre las butacas de la primera fila y el escenario y estás prácticamente dentro de la obra. Mola mucho.
Descubrí a Miguel Ángel Solá hace muchos años en Fausto 5.0 y desde entonces le sigo con interés. Es uno de esos grandes actores argentinos de la talla de Federico Luppi o Darío Grandinetti (yo no soy muy de Ricardo Darín, pero bueno, a la gente le gusta).
Pues ahora me arrepiento de no haberte dicho nada de ir juntos. Es que fue un venazo que me dio y como no tengo a Laura y puedo ir a mi ritmo pues me fui.