No suelen ponerme multas. Ignoro si es por ser un conductor dócil o por tener la suerte de no estar en el momento más inapropiado, pero la verdad es que no he tenido que preocuparme por ellas durante mucho tiempo.

En este último viaje que he hecho me han «sorprendido» a 148 Km/h en un tramo limitado a 120 Km/h. Un radar fijo según me dijo el agente de la Guardia Civil, que también me indicó que sólo hacía falta mi carnet de conducir, que el resto de los datos ya los habían obtenido vía telemática ^[1].

Pues bien, a pesar de saber que la sanción es correcta (no justa, tan sólo correcta), la he recurrido a través de la página web de la aseguradora por si existe algún resquicio y me la condonan. No espero que salga nada bueno, pero sí que quiero apuntar que el procedimiento ha sido muy sencillo, sólo hecho en falta una confirmación de recepción vía correo electrónico.

Por lo demás el viaje fue muy bien (ya lo comentaré).