Éramos pocos …

… y parió la abuela.

No tenía ya suficientes dudas con mantener la ilusión de Laura en los reyes magos que me encuentro ahora conque a punto de cumplir siete años se le está moviendo un diente, preludio de un cambio con el que está muy ilusionada. Así que ahora toca creer otra vez sin pruebas en el ratoncito de marras.

Si no estuviese tan ocupado en otras cosas andaría carcomido por la indecisión. La niña pregunta ya con muy buen tino por qué no vemos al dichoso ratoncito, y creo que lo único que la impide ir más allá en su razonamiento es el hecho de que no he planteado dudas serias sobre papá noel -el otro implicado en el imaginario navideño- y que asistió a la cabalgata de los reyes en el pueblo de El Escorial y, obviamente, pudo ver a los dichosos personajes con el apoyo de los adultos encargados de su educación.

La verdad es que tampoco quiero que se estampe contra el mundo tal y como lo ve alguien como yo, pasados los cuarenta y bastante usado, pero es que intento que no tenga los mismos terrores místicos con los que crecí y que sepa usar su cerebro para distinguir lo que puede ser real de lo que es un montaje humano. Tengo que trabajar más en ella.

5 thoughts on “<span>Éramos pocos …</span>”

  1. Tampoco te preocupes demasiado por este tema. Últimamente tengo la sensación de estar rodeada de gente que es capaz de debatir durante horas la conveniencia de contarles la verdad a los niños sobre este tipo de personajes desde el día 0, y es que no veo qué hace el tema tan crítico, francamente. Claro que igual es porque no tengo hijos. Pero IMO, dado que los críos *siempre* van a estar engañados en unas cosas u otras, no veo que haya problema en que crean en esto que, además, les hace ilusión.

    ¿Que en qué engañamos a nuestros hijos aún sin quererlo? Tú mismo has dicho que no quieres que se estampe con el mundo tal como es o como lo ve un adulto, aparte de que no creo que a su edad fuera buena idea. Pero no hace falta irse tan lejos, mismamente en la escuela les enseñarán que la fotosíntesis funciona así o asá, los átomos son esto o lo otro y mil cosas más que en años venideros aprenderan que «no son exactamente así». A todos nos pasó y no le dimos la mayor importancia.

    Así que si a Laura le hace ilusión creer en el Ratón Pérez, pues muy bien, y si se dedica a hacer preguntas porque se huele que la cosa no va como le han contado, ya decidiréis en qué momento le decís que sí, que os ha descubierto y santas pascuas. Yo recuerdo haberme planteado desde mi más tierna infancia por qué los Reyes Magos tenían distinta pinta en cada cabalgata de barrio, pero tampoco me quitaba el sueño. Al fin y al cabo me regalaban cosas, jeje… :)

  2. Víctor:

    Estás de los nervios. ¿Qué hay de malo en que Laura crea en el Ratoncito Pérez, en los Reyes Magos, en Jesucristo o en que Zapatero es un buen político? Todos los niños NECESITAN creer en cosas que no son ciertas. Les ayuda a desarrollar su imaginación y a madurar. Helena, sin ir más lejos, está convencida de que va a ser cantante y bailarina. ¿Tengo que decirle que tiene más posibilidades de no morirse de hambre siendo puta que siendo cantante? Obviamente no. Es incluso divertido encontrar explicación a sus ingeniosas preguntas y ver cómo se la tragan doblada. El mundo real es una mierda: déjale que disfrute el irreal mientras pueda. Además, si desde el principio le cuentas la verdad de todo, nunca sabrás cuándo deja de ser una niña(aparte del estético efecto de las tetas y todo eso, pero hay por ahí muchas con una 100 de sujetador y un cerebro de ocho años). Déjale que madure y te pille en las mentiras. Seguro que se siente muy orgullosa de sus facultades de deducción (y de haber descubierto que su padre es un puto mentiroso).

    No necesitan saberlo todo ni ahora. A fin de cuentas, esto es como lo del tampax: con que sepan que sirve para absorver líquidos es suficiente. No hace falta explicarle por dónde hay que meterlo ni por qué cuestan como si estuvieran hechos a mano como los puros de Fidel.

  3. Y no hay que olvidar que lo cortés no quita lo valiente, y que se puede ser a la vez puta y cantante :D Mi profe de alemán me confirmó el otro día que su hija ya no cree en los Reyes Magos pero sigue creyendo que es el Niño Jesús quien le trae los regalos el 24 de diciembre (en Alemania la cosa va así). Así que si quieres puedes cargarte al ratón pero mantener a Papá Noel, es cuestión de proponérselo (lol).

  4. Gracias por los comentarios a los dos. Es cierto que ando de los nervios desde hace un par de meses por culpa del trabajo y ahora veo que me está afectando en otros ámbitos que creía que tenía un poco más controlados.

    Como muestra de mi grado de paranoia comento que el problema no es que crea o no en el dicho ratón, es que en el futuro pueda echarme en cara que le enseñé a diferenciar entre el mundo real y el imaginario desde muy pequeña -algo que me parece importante- y con éstos temas no marqué claramente la diferencia.

    Recapacitaré sobre ello … aunque antes debo librarme de ciertas cargas laborales.

  5. Mmm… ya veo. Pues mira, estoy de acuerdo con Carlos en que lo mejor es dejar que se dé cuenta sola. Si pregunta y no quieres decirle algo concreto siempre puedes salir por la tangente.

    Si lo que te preocupa es que te lo eche en cara cuando crezca, desengáñate: *siempre* tendrá algo que echarte en cara, sea esto o que no le compraste el tren de juguete que quería o que no le permitiste ir a tal fiesta de cumpleaños. Si te pones a pensarlo ¿tú no tienes nada que echarle en cara a tus padres? Mira mi caso, que es exagerado pero como ejemplo sirve perfectamente: si le suelto un día a mi madre lo que opino de la infancia que me dieron, 9 colegios y haciendo amigos nuevos cada dos años, se cae de espaldas. Pero paso y no le digo nada, y eso que cada vez tengo más pollos con ella, pero la quiero y sé que eso la haría polvo. Así que tú tranquilo, que Laura os va a querer igual con Papá Noel natural, entero, racional, irracional o complejo :)

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