Pues hoy he ido a un velatorio, a presentar mis respetos a unos amigos por el fallecimiento de un familiar, y me he encontrado con una sorpresa que me ha dejado descolocado.
La empresa funeraria (supongo) estaba regalando arbolitos a los asistentes. Árboles. En un lugar al que vas a despedir a una persona te llevas una planta viva a casa. Es tan pero tan buena idea que me gustaría conocer a la persona que la ideó porque me parece tan «humano» como inesperado el detalle.
Además es un quejigo, un árbol que puede alcanzar los veinte metros de altura y de flora mediterránea.
Y que la tierra sea leve al difunto.