¡ Yo quiero ser astronauta !

Y creciendo con objetos como el que muestro arriba ¿ quién no ?.

Tengo entendido que mis abuelos maternos pasaron cerca de una década como emigrantes en Venezuela; tuvo que ser de mediados de los cincuenta a mediados de los sesenta, no estoy muy seguro. Contaban muchas cosas de allí y se trajeron unas pocas que me dejaban perplejo. La postal de arriba es tridimensional, tiene profundidad y colores, y cuando tienes pocos años y a tu alrededor todo es blanco y negro o tristón como el cine de barrio una postal enseñando el espacio de esa forma puede llegar a inspirarte. En mi caso lo hizo. Sobre todo me inspiró a distanciarme emocional y físicamente de mi entorno todo lo que fuese posible, a huir en busca de alguien que apreciase lo mismo que yo cuando veía cosas como esa.

Una postal pero qué nivelazo para la época. Aquí lo máximo que yo veía como postales era algún mirador en Benidorm, unas falleras o el alcázar de turno. Y allí en Sudamérica tenían postales como esa. Jo.

He hecho lo que he podido empleando un escáner de sobremesa y dándole un retoque posterior, pero creo que no he conseguido lo que quería plasmar de la postal. A lo mejor si consigo que la miren con los mismos ojos que yo en aquél entonces ;-)

Gran crónica de la Segunda Guerra Mundial También tenían una historia increíble de la Segunda Guerra Mundial, en tres tomos enormes para mi tamaño, con muchas fotografías en blanco y negro y en los que yo me perdía durante mucho tiempo. Años después me enteré que editaba Selecciones del Reader’s Digest [1] y los encontré a un precio más o menos razonable en una librería de viejo pero no me decidí a comprarlos por temor quizás a desilusionarme. Ahora con Internet y bastantes, muchos quizás, aniversarios de la guerra rememorados por los diarios en forma de enciclopedias, resúmenes y coleccionables varios como que quizás ya no tengan tanto valor.

Notes

[1] A los que también hay que dar de comer aparte.