Hoy es uno de esos días que no necesitas un por qué …

… y precisas mejor de un para qué. Y es un asco.

Ya no sé si es que tengo demasiadas cosas cuquis para hacer y no consigo completar ninguna, que en mi trabajo estoy más solo que nunca, que es final de mes y las cifras son aplastantes, que hace un tiempo que sólo es viento molesto y no relajante nieve. No lo sé.

Lo mismo son todas esas cosas. Lo mismo es que estoy acumulando argumentos para cruzar una línea que nunca pensé que cruzaría y eso también me asusta. No por rendir cuentas llegado el caso si no por bajar más aún mi estima personal.

Que ya es lamentable de presentar, pero también que cuando hago algo que es correcto, que es hermoso, que ayuda a alguien o todas esas cosas juntas mejora un poco y se puede sacar un poco la cabeza y ver qué hay alrededor.

Si me decido a hacerlo no voy a narrarlo aquí (puede que valga más bien poco a estas alturas pero no soy tan estúpido todavía) y espero no tener que descubrirlo nunca a nadie porque sería el final de lo que hay ahora. Un punto después del cual ya nada puede ser como antes. Por mucho que me empeñe.

Es autodefensa, me digo, pero no puedo dejar de pensar que es contrario a lo que siempre he defendido. ¿ O no ?