Y es que hay que escuchar hasta el final …

… por mucho que duela.

Ayer Laura me contó algo que hizo que nos partiésemos de risa durante un rato. Está cada vez mejor como persona.

Resulta que tiene un compañero de clase y amigo que el año pasado cursó estudios en USA y con el que no perdió el contacto. El amigo le enviaba audios de cinco o seis minutos de duración que con el desfase horario le entraban (supongo que vía WhastApp) sobre las cinco de la mañana.

Laura se cansaba de escuchar, se iba saltando el audio a trozos y al final contestaba con un genial, muy bien y algún emoji felicísimo o algo similar.

Hace poco se lo confesó a su amigo y éste (que también tiene su paciencia) le contestó que ya lo sabía. Lo descubrió el día que le contó en uno de esos audios que habían atropellado a su profesor y a lo que ella contestó: Muy bien, Ja,ja.

Pobre …

No ha sido una sorpresa

Sólo ha dolido y me ha descolocado.

Pero seamos sinceros de una vez, ¿ por qué tenía que tener interés en ti ? Melón, ya te dijo lo que estaba buscando. También te demostró con creces que esa búsqueda era real.

Ni en sueños podías acercarte a los requisitos. ¿ esperabas de verdad que te hubiese esperado ?

Ay, pobre.

El bufón

¿ Alguna idea de cómo es un bufón ? Me refiero al término clásico, el de la corte medieval, no al que el cine y la televisión han creado.

Alguien que es aceptado porque entretiene, que puede reírse de sí mismo, y acepta que los demás lo hagan. Que adorna las reuniones y que puede arrancarte alguna carcajada de cuando en cuando.

Pero alguien tan inmerso en el personaje que cuando asoma la persona deja de hacer gracia. Entonces sus opiniones ya no molan. Es que no razona bien, sus fuentes son erróneas y sus conclusiones molestas.

Ya no mola. No es divertido y tanta pasión es molesta. Hale, mejor fuera hasta que recapacite y vuelva a ser útil.

Pues así se siente ahora. Dolido y confundido, repasando una y otra vez sus sentimientos y las razones que expuso. Algo debe de estar mal, ¿ no ? Vamos, que la repulsa fue unánime. Así que la culpa debe ser suya. No alcanza a comprender bien por qué pero ellos tienen más cultura, más posición, deben saber más. Y él debe ser el equivocado.

El bufón quiere dejar de trabajar, como los demás, y ser otra cosa en sus horas libres. Pero claro, todo no se puede. No puedes ser un adorno y que te tomen en serio.

Y mejor que el bufón no espere otra cosa que la soledad. El personaje se lo ha construido él. Tiene un papel concreto que desempeñar y fuera de él no interesa.

Ya no hace gracia.